Tus perfiles en Redes Sociales son auténticos cebos para los hackers. Pueden intentar acceder a tus cuentas de Facebook, Youtube, Instagram, Snapchat… con el objetivo de conocer tus datos personales. Con esta información pueden perpetrar robos, secuestros o pedirte un rescate chantajeándote con información íntima.
Cada acción que llevamos a cabo en nuestras Redes Sociales conforma un auténtico ADN de nuestra personalidad y de nuestra vida. Los “me gusta”, las fotografías que colgamos, los artículos que compartimos, las ubicaciones que añadimos a nuestras imágenes o las opiniones que defendemos en público en las redes son datos muy valiosos, una fuente de información que no podemos subestimar.
Estos datos son utilizados usualmente para enviarnos publicidad u ofertas de empleo personalizadas, sin embargo si caen en manos de hackers pueden ser el elemento ideal para planificar un ataque o conseguir una suma económica.
Para evitar caer en este tipo de situaciones desagradables, debemos tomar ciertas precauciones:
- Es importante evitar el uso de redes WiFi públicas o extremar la seguridad de tus contraseñas.
- Debemos compartir contenidos con cuidado. No se trata de no existir en el mundo digital, sino de tener bien configurada la privacidad, saber quién puede acceder a nuestros contenidos y establecer los filtros necesarios.
- Presta toda la atención a tus claves de acceso. Lo ideal es cambiar las contraseñas cada X tiempo, y no establecer nunca la misma para todas tus cuentas, ya sea en Redes Sociales, en la banca electrónica, en webs de compra online… Si no lo haces, podría suceder que si alguien consigue tus claves de acceso para Facebook pueda acceder también a todas tus operaciones bancarias, por ejemplo.
- Olvida las contraseñas sencillas del estilo a 12345, qwerty, 98765, etc. y construye claves complejas, largas, que contengan caracteres especiales, combinaciones de minúsculas, mayúsculas y números, y que no sean nada predecibles.
- Si eres un personaje público o un influencer, protege los dispositivos a través de los que te conectes a Internet ante posibles ataques o robos de datos. Podrías perder una importante fuente de ingresos económicos y dañar tu imagen pública si eres víctima de un ciberataque.
- Bajo ningún concepto compartas tus claves de acceso con nadie, ni las tengas a la vista de otras personas.
- No mantengas tus sesiones abiertas, especialmente si inicias sesión en equipos compartidos o de uso público. Emplea el modo de navegación de incógnito y vacía el caché y el historial.
- Realiza de forma periódica backups de la información que alojas en Redes Sociales. De este modo podrás volver a la normalidad en el caso de sufrir algún tipo de hackeo.
¿Qué hacer si ya he sido hackeado?
- No accedas a ningún chantaje ni abones ningún rescate económico en ningún caso. Si optas por dar tu brazo a torcer, los ciberdelincuentes podrían continuar exigiéndote más y cada vez más sin ningún fin.
- Denuncia a la Policía. Este tipo de situaciones pueden dar lugar a que vídeos, fotos o conversaciones íntimas caigan en manos de los hackers. Si son empelados para chantajearte o suplantarte tu identidad pueden ser acusados de un delito muy grave. Por ello, es fundamental que las autoridades conozcan lo sucedido.
- Debes cambiar todas tus contraseñas.