Parece algo impensable, ¿verdad? Pues esto es lo que les ha sucedido a algunos habitantes de Lappeenranta, una ciudad al sur de Finlandia.
Durante seis días han vivido a temperaturas de hasta 10 grados bajo cero en sus propias casas por culpa de un ataque informático que inhabilitó los sistemas de calefacción central de varios edificios de la ciudad.
Por suerte el problema ha sido solucionado, y aunque en Lappeenranta amanece a 8 grados bajo cero, los afectados disfrutan por fin de un despertar cálido dentro de sus casas.
Lo que sucedió fue que la plataforma que gestionaba los sistemas de calefacción de estos edificios estuvo totalmente inaccesible, de tal forma que no se podían establecer adecuadamente los parámetros de activación de la calefacción. El resultado ha sido extremo: decenas de apartamentos afectados, con la consecuencia de que sus residentes han pasado las noches a temperaturas de hasta diez grados bajo cero.
Y todo por causa de un ataque informático que dejó el servidor totalmente inoperativo, impidiendo a los sistemas de calefacción comunicarse con la plataforma central. Como consecuencia, los calefactores no funcionaron hasta que se solucionó el problema.
¿Cuál fue la solución?
Desconectar los sistemas de Internet. ¡Así de sencillo!
La empresa afectada fue Valtia, especializada en instalaciones y mantenimiento. Al comienzo de los problemas comunicaron que sin motivo alguno, los pequeños ordenadores que gestionaban la calefacción se reiniciaban automáticamente cada cinco minutos. Poco después, dejaron de funcionar.
La compañía no ha podido explicar el origen del ataque, sin embargo cuando por fin un técnico se dirigió a las premisas y desconectó los sistemas de Internet, ¡todo volvió a funcionar con normalidad!
El llamado “Internet de las cosas”, dispositivos conectados que nos facilitan nuevas comodidades, viene también de la mano de ciertos fallos de seguridad que hay que atender y prestar atención de forma adecuada.
Por ejemplo, en este caso, una plataforma con un control más riguroso podría haber evitado pasar una semana terrible a los habitantes de las casa afectadas.
Por nuestra parte, consideramos que los desarrolladores y distribuidores de este tipo de sistemas deben prestar la misma atención en la protección y actualización de los dispositivos que en el propio diseño y creación de los mismos.
En este caso todo ha terminado en final feliz, y los residentes ya pueden disfrutar de nuevo de una ducha caliente en sus propios hogares. Lo importante es aprender de este tipo de situaciones extraordinarias, que a veces suceden, para no volver a caer en los mismos errores.